| Amir Thaleb Life.com | Muchos a los que hoy veo y que en definitiva nunca les importó ninguna de las dos partes, sólo sacar su propio provecho. Pero como dije antes, la divinidad tiene buenos ojos y muy grandes…
Muchos expertos y opinólogos se llenan la boca hablando pelotudeces, cosas banales, llevando chismes de un lado a otro: “Se separaron por competencia… por celos… por esto… | | o por aquello”. Plagado de alumnas que deambulan de un estudio al otro llevando chismes, pensando que así van a lograr una mayor simpatía de un lado o del otro (no del mío por lo menos)... | Buscan un porqué cuando en realidad no lo tiene, es cosa de idiotas. Las cosas simplemente son, y esto fue así, simplemente | | |
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| Saida y yo... | encontramos una clase de amor a través de la danza. Permitirse sentir todo aquello que yo sentí bailando junto con Vero (Saida para ustedes, porque para mí fue, es y será siempre Vero). | Perdón por contarles esto. Perdón porque seguramente muchas esperarían que dijera lo peor. Perdón, pero fue algo hermoso que me pasó en esos diez años de danza y que conservo en mi memoria y en mi corazón con mucho cariño. | | La pasamos genial. Disfrutamos de su casamiento, del armado de su primer departamento, de la compra de su primer coche, de las comida de su mamá. De su primer show en el Restaurante Negroni, donde muchas veces pasaba a buscarla para salir a cenar (a veces los dos solos, otras veces con nuestras respectivas parejas). De la inauguración de su primer estudio. Disfrutamos, sobre todo, lo felices que fuimos saliendo a pegar afiches por el Once, por Scalabrini Ortiz o por cualquier barrio, para que la gente viniera a ver nuestro nuevo baile juntos. Sueños e ilusiones compartidos. Somos lo que
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