| | Amir Thaleb Life.com | Maktub, el destino, estaba escrito son expresiones muy ligadas a la crianza familiar. Los árabes, especialmente los musulmanes, creen fervientemente en esto. Esta creencia está ligada a casi todas las situaciones de la vida, en contrapunto con otras ideologías que opinan que el destino lo hace uno o que Dios todo lo decide por nosotros, si está contento con nosotros, todo bárbaro, pero si esta enojado… ¡agarrate! Son todas creencias populares que condicionan de alguna manera el comportamiento humano. Pero en definitiva lo que vale no es aquello que te inculcan en la educación, sino todas aquellas cosas que nosotros mismos podemos ir percibiendo en el transcurso de nuestra vida. Así como les conté acerca de aquella experiencia que tuve de chico que marcó mi forma de creer en Dios, transitar la vida también ha marcado mi forma de percibirla a ella y al destino.
¿Qué hay de cierto en todo lo que aprendemos sobre la religión, el hombre y su existencia? No tenemos certezas, aún hay mucho misterio y lo sabemos muy bien. Pero sí tenemos ciertos indicios personales de acuerdo a la conexión de nosotros con nuestro interior y según nuestro sentido sensitivo.
He bailado toda mi vida, desde los tres años que lo hago. Para mí es algo normal, algo mecánico desde lo corporal pero incierto |
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| Maktub, descubriendo el propio destino... | siempre desde lo emocional. Tan normal que casi nunca me había planteado por qué Dios había elegido ese camino para mí, por qué sentía que debía seguir ese camino, y obviamente necesité buscar ciertas respuestas a mis días, para que no fuera simplemente el acto de vivir y transcurrir bailando sin un porqué más claro. No somos el mago de Oz y, por supuesto, esa búsqueda nos lleva muchos años, años que solo nos sirven para poder obtener un par de indicios y nada seguro, a fin de cuentas.
Ahora bien, no me voy a poner a contarles tipo diccionario cómo me fui dando cuenta de las cosas, simplemente voy a relatarles cómo siguió desarrollándose mi vida de ahí en más y verán cómo se va tejiendo la vida, si es que hay un destino marcado (yo creo que sí) que uno va descubriendo al andar o simplemente uno lo hace, quizás sí, quizás no. ¡Quién sabe!
Transcurría el año 1994 cuando se produjo el atentado a la entidad judía AMIA en nuestro país. Un hecho que nos consternó a todos y que nos llevó a experimentar muchas sensaciones, algunas de ellas nuevas. Vimos que nuestro país se había vuelto vulnerable a este tipo de actos que supuestamente pasaban en el resto del mundo menos aquí…
Y algo muy feo fue sentir esa horrible experiencia de pasar de | | |
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