| Amir Thaleb Life.com |
| lloraba con la telenovela Anastasia, que daban por el canal oficial, y en las noches pude conocer cuanto antro existía en todo Atenas. Nunca podré olvidar la maravillosa experiencia vivida en Sodoma. | ¡Vaya nombre! Era una mega disco que funcionaba como centro de espectáculos. Cada hora, una orquesta y un cantante famoso de moda pasaban por su escenario extasiando cada uno de mis sentidos. Recuerdo estar sentado en la barra tomando una copa y mi amigo desaparecido por algún rincón de aquel boliche. No lograba contener la locura de mi cuerpo que reaccionaba con cada acorde del bouzouki, las baterías y las cuerdas vibrantes de cada uno de los cantantes. Mi cuerpo endemoniado saltó de la barra enloquecido, bailando de la forma más arrolladora. Dos griegos que me observaban se unieron a bailar conmigo y así estuvimos durante toda la noche. Sin dobles intenciones, disfrutamos de la embriagante rítmica del Chiftetelli. Toda una experiencia única en mi vida, ya que en Argentina, según la mentalidad, eso sólo lo hacen los putos. Esa noche descubrí la subyugante sensualidad de los hombres griegos y el alto poder de entrega que ellos tienen en su danza y que todo culmina con un simple apretón de manos | | |
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| Egipto... Un antes y un después en mi danza. | y un “Gracias por haber bailado con nosotros… ¿Vienes mañana?” ¡Esa noche recibí una verdadera lección de lo que significa la pasión y el alma entregadas en una danza que no conoce de los límites de las idioteces humanas! |
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