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Amir Thaleb Life.com |
A la noche me senté con él y le expresé mi deseo de poder tener la
oportunidad de bailar en su restaurante, ya que sólo iba a estar dos semanas
y quería tener esa experiencia. El me dijo que le había encantado mi forma de
bailar, pero que en realidad la gente en México era muy machista y que sabía
cómo iba a reaccionar frente a un bailarín, ya que estaban acostumbrados a
las odaliscas. Le dije que ya algo había podido apreciar la noche anterior pero,
que si él me daba la oportunidad podría, de esa manera, demostrarle que a la
gente le iba a gustar. Además, eran tan solo dos fines de semana los que le
pedía. Me miró y me dijo “Vamos a ver”.
Con Minassian hicimos buena amistad y tomamos mucha confianza, me
llevaba a los tablaos flamencos y la pasábamos bárbaro, regresábamos a las
siete de la mañana embriagados, él por sus penas y yo por mi hambre. Ya
hacía una semana que había llegado y no soportaba más la situación, entonces,
decidí contarle a Minassian todo lo que me había sucedido desde mi arribo a
México.
Fue increíble su respuesta, ya que como acababa de separarse de su mujer y
estaba solo en su lujosísimo departamento, su primera reacción, y como buen
cuate (amigo) que era, fue
subirme a su auto, conducir hasta mi hotel, recoger |
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México lindo y querido!!! |
todas mis cosas y llevarme a su casa, haciendo que
absolutamente nada me faltara. Tema vivienda estaba solucionado. Es algo que
jamás dejaré de agradecerle. No cualquiera tiene una actitud semejante.
Esa misma tarde me llama Rafaat, el dueño de Adonis, para ofrecerme bailar
en una fiesta que se realizaba en su restaurante. Oh sorpresa! Era justo la
fiesta para la que supuestamente había ido yo a México y que me habían chingado
de lo lindo. Obviamente acepté, ya que esto representaba mi oportunidad para
que la gente de Adonis me viera trabajar sobre un escenario.
Mi primer show en Adonis fue algo realmente emocionante y vibrante,
significaba muchas cosas. Un poco de dinero, darme el gusto de bailar en
semejante lugar y con tan exquisita orquesta, pero sobre todas las cosas, la
oportunidad de probar mi danza frente a un nuevo público, que era en
definitiva lo que más me interesaba. Todo artista necesita enfrentarse a ese
tipo de desafío. Bailar siempre ante un mismo público todos los días, hace que
uno no crezca tanto, se envicie y se vaya quedando. |
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