Un día de Abril de 1986, me llamó un conocido por
teléfono para ofrecerme bailar en un casamiento en el Hotel Sheraton de la
Ciudad de Buenos Aires. Mi show debía ser a las cuatro de la mañana, cosa
poco habitual en mis horarios de trabajo, pero acepté.
Llegó el día del casamiento y tuve que esperar mucho tiempo para realizar mi
presentación. Se hicieron las seis de la mañana y yo aún no había bailado,
enojado le dije al señor de la fiesta que me pagara y que me iba. Saltó el
intermediario que me había llamado, para pedirme que no me fuera, yo con poco
genio le dije que si no salía en ese instante me iba. Finalmente, a las siete
y cuarto de la mañana logré bailar, pero mi show duró sólo diez minutos, a
esa altura no estaba de humor para más.
No recuerdo ni como fue ese show, pero sí recuerdo perfectamente que cuando
terminé se acercó un señor de México, se presentó y me dijo que quería
contratarme para el casamiento de su hija, que era en Junio en el Hotel
Presidente Chapultepec de la Ciudad de México. Yo, como todo artista y como
todo joven, me entusiasmé con la idea. Quedamos en hablarnos en las semanas
sucesivas. |