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Amir Thaleb Life.com |
Seguí estudiando la secundaria, pero cada día metido más y más en la Danza. Ya
era una meta fija en mi vida. No faltaba jamás a clases, no existían gripes
ni fiebres que pudieran impedirlo, ni sábados ni domingos. A partir de allí,
todo mi ser se fortalecía enormemente, vencía la timidez dándole lugar a la
audacia. Ya en el colegio dejó de importarme lo que pensaran, lo que
opinaran mis tías y todo los demás. Necesitaba decirlo, gritarlo si era
posible. Entonces, se los conté a mis compañeros, a quienes les encantó la idea,
a cada uno de mis profesores. Estuvieron quienes fueron indiferentes, pero
también aquellos que me alentaron a seguir y a no renunciar a mis propias
convicciones. Ya no me importaba lo que dijeran, que se rieran si así lo
deseaban, yo reía mucho más profundo... |
COMENZABA FINALMENTE A SER FELIZ.
HABIA ENCONTRADO MI VOCACION. |
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Llegaron a partir de ahí, grandes cambios y suntuosos
desafíos. Se abría una puerta nueva en mi vida, todo un mundo por descubrir.
Y eso me daba cada vez más fuerza y convicciones. |
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Mis primeros pasos en la Danza... El niño
artista. |
Mientras tanto en la Escuela de Ballet, estaba Raúl Gatto montando la
obra: “El Príncipe Igor”. Yo era muy nuevo allí, el elenco ya estaba
formado. La directora recibe un mensaje: "El protagonista se había quebrado
una pierna, no iba a poder bailar por varios meses." La preocupación de
todos... Se reunieron a solas en un costado de la sala. Pasaron unos veinte
minutos, regresaron y me dieron la noticia: "Yo había sido elegido." |
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Así obtuve mi primer papel de Príncipe sobre un escenario. Simultáneamente me
prepararon para “Romeo y Julieta”. Emocionante fue mi debut junto a
Ricardo Novich, quien era Romeo, Rina Valver, quien fuera Julieta y
yo, que hacía de Teobaldo, primo de Julieta. ¡Imaginen la emoción que
puede vivir un chico del interior del país, cuyo sueño es convertirse en
bailarín y lo hace bailando por vez primera junto a una bailarina del Teatro
Colón! |
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