Amir Thaleb Life.com

Jenny era hermosa, inteligente, pero también sufrida y muy carente de afecto. Era solitaria, introvertida y tampoco encajaba mucho en la vida que llevaba. Era como yo... Y la amé con locura. Sólo quería verla sonreír y que fuera la persona más feliz del mundo. Fue la mujer con la que alguna vez soñé casarme...

Meses antes de abandonar la escuela me mudé a Buenos Aires, tenia 16 años. Fue hermosa la despedida. Mis padres hicieron una fiesta en mi casa, vinieron mis compañeros y por supuesto Jenny. Me regalaron una cartita cada uno, ahí descubrí cuán importante era yo para ellos, cuánto les había dejado sin darme cuenta. Descubrí además, que mi compañera de banco estaba enamorada de mí, me regaló una foto suya que aun conservo. Con Jenny sólo nos miramos y nos abrazamos muy fuerte. Fue muy lindo que viniera una preceptora, aquella que desde hacía tiempo intuía que yo había nacido para otra cosa. Quizás, veía de alguna manera que
mi mundo se llamaba DANZA. Ella, me regaló mi primer libro de cabecera: "Juan Salvador Gaviota. Ningún lugar está lejos…" de Richard Bach.