Cuando aparecen en mi mente flashes de aquellas imágenes mías en el colegio, me
recuerdo en mi época escolar, como un chico extremadamente raro, introvertido,
poco sociable, terriblemente tímido e inseguro. Me ha llevado muchos años poder
desprenderme de esa forma rara de ser. Esa forma me ha hecho sufrir muchísimo.
"¡Qué feo es sufrir de timidez!"
Eso ha sido un verdadero trauma para mí.
Convivir con esa espantosa sensación de verte y sentirte diferente, no poder
relajarte, vivir en tu propio mundo, no encajar, no pertenecer. Todo lo he
vivido con mucha carga. No recuerdo mi niñez como algo bello ni feliz, todo lo
contrario. Recuerdo ese deseo constante de desaparecer, de desear la muerte,
pero al mismo tiempo, ese profundo deseo de poseer unas enormes alas y echarme a
volar. De irme, no sé a donde, a alguna parte. Por suerte, los años de terapia y
de experiencia en la vida, me hicieron comprender el por qué de aquellos
sentimientos.Tenía serios problemas de integración. No jugaba con mis compañeros, no
charlaba con nadie, era solitario, jugaba solo y caminaba todo el tiempo por el
patio, pensando cosas, imaginando cosas que hoy no recuerdo muy bien que eran.
Esto derivó en que la directora de la escuela citara a mis padres. |